jueves, 10 de abril de 2014

Momentos impactantes: las cosas que se hacen por amor.

Ahora que Canción de hielo y fuego se ha convertido en una serie de éxito, es buen momento para recordar sus comienzo. Y no, no me estoy refiriendo al comienzo de Juego de tronos – serie televisiva, sino a Juego de tronos – primer libro de una gran saga.

Cuando el lector comienza a leer Juego de tronos no se entera de nada. ¿Qué es eso de expedicionarios que parten de un muro y de un niño bastardo que encuentra una camada de huargos y los reparte entre sus hermanos de padre? La cantidad de personajes que aparecen es abrumadora y el hecho de que cada capítulo esté contado desde la perspectiva de un personaje diferente puede llegar a desconcertar.

Pero existe un momento en el que el lector de Juego de tronos se convierte en lector de Canción de hielo y fuego. Os pongo en antecedentes:

El rey y su corte ha llegado a Invernalia para hacer una visita a un amigo que le ayudó a llegar al trono de hierro. Lo que en realidad quiere proponerle es que sea su consejero, la mano del rey, y que se traslade con él a la capital del reino. Un día, el rey se va de caza y entra en el escenario un niño. Él es el penúltimo hijo del señor de Invernalia, un niño al que le gusta trepar por el castillo y recorrer sus torres.

Y entonces se produce el momento impactante de hoy.


Brandon, recorriendo el castillo en las alturas, llega a la ventana de una de las torres y allí ve algo que nunca debió ver: a la reina teniendo algo más que intimidad con su hermano mellizo. 


El niño no comprende qué está viendo, pero se convierte, en su inocencia, en un testigo. El rey no debe saber lo que hace su esposa y mucho menos que no es el padre de los príncipes. Así que el hermano mellizo, llamado Jaime, toma una decisión, se acerca a la ventana y dice una frase impactante: “Las cosas que hago por amor”.

Y empuja al niño al vacío.


El momento es impactante porque justo entonces el lector se da cuenta de que no está ante una historia normal. En esta historia no hay medias tintas ni eufemismos. Si el autor es capaz de hacer caer al vacío a un niño inocente, es capaz de cualquier cosa. En ese momento el lector comprende que nadie está a salvo en el mundo de Canción de hielo y fuego porque en el juego de tronos, o ganas o mueres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario