jueves, 2 de mayo de 2013

De rol


Esta semana toca hablar de juegos de rol.

Hace unos días, en una reunión de mi club de lectura, me hicieron una pregunta que de vez en cuando me hace alguien: ¿eso que pones de vez en cuando en Facebook sobre rol… qué es? A partir de ahí, empieza una conversación en la que la persona que ha preguntado se va transformando (y lo sé porque puedo verlo en su mirada).

¿Qué cree una persona que nunca ha jugado a rol? Básicamente que los juegos de rol son violentos, que es algo extraño y misterioso, y, puede, que incluso sea peligroso. Nada más alejado de la realidad. En un juego de rol lo más peligroso que puede pasar (y que me ha pasado) es que se te caiga uno de los dados al suelo y tengas que gritarle a tu perro para que no se lo trague.



El rol no es más, ni tampoco nada menos, que crear una historia. Una historia interactiva en la que los jugadores participan en la narración que hace el máster.

¿Qué se necesita para jugar a rol? Imaginación. Nada más y nada menos.

El proceso es el siguiente:

Se elige una temática. Puede ser cualquier cosa. Hay juegos de rol ya estructurados como La mascarada (que finalmente fue el elegido para una partida de rol con el grupo de lectura), pero se puede jugar con cualquier cosa que dé juego. He hecho partidas insertas en el mundo de Harry Potter o de la Tierra Media, por ejemplo.

A partir de ahí, se crean los personajes. Dentro del mundo en el que se va a jugar, los personajes pueden ser creados de cualquier forma y es el jugador quien debe elegir qué personaje le apetece llevar en cada partida. Un jugador novato suele elegir a un personaje acorde con su personalidad, pero la verdad es que puedes ser cualquier personaje. Y ahí está lo divertido.

Una vez hecho el personaje, se crea la ficha de personaje. En ella se señalan sus características: su fuerza, su apariencia, su agilidad, sus conocimientos, su estado de salud e incluso cómo va vestido o qué lleva en los bolsillos.



A partir de ahí, los jugadores se reúnen con el máster. Cada uno tiene su ficha y el máster pone los dados.
Y empieza la historia.

El máster narra una situación y cada jugador debe decidir qué hará su personaje en cada momento. El máster será el encargado de decidir si el personaje puede o no puede hacer lo que pretende y para ser objetivos, están los dados. Con cada acción, el personaje tira los dados y si la tirada es buena, le saldrá bien y si es mala, le saldrá mal. Las consecuencias de una mala tirada pueden ser muy divertidas e imaginativas si el máster así quiere.

La historia va avanzando y, aunque el máster debe tenerla más o menos pensada desde el principio, son los personajes quienes la viven, de modo que puede ir cambiando o modificándose. Es por eso que el principal ingrediente es la imaginación, tanto del máster como de los jugadores.



Hay una variante de los juegos de rol que es el rol en vivo, donde los jugadores realizan realmente las acciones (dentro de la lógica, claro, si tienen que matar a alguien, simulan matarlo, no lo hacen de verdad). También he jugado a esto, pero me parece mucho más interesante y más divertida la opción de estar alrededor de una mesa creando la historia con palabras.

Incluyo los juegos de rol en este blog porque también son historias. Y dentro de estas historias, puede suceder cualquier cosa, como poder decirle a tu personaje favorito de un libro que es tu ídolo o visitar todos los lugares sobre los que has leído. También puedes ser cualquier cosa durante un rato: un elfo, un mago, un vampiro…



Una vez alguien me dijo que había una diferencia entre un jugador de rol novato y un jugador experto con un ejemplo muy gráfico. Ante la misma situación, ambos reaccionan de diferente forma. Si el personaje entra en un bar lleno de gente armada y todos lo miran con cara de pocos amigos y se inicia una pelea de la que sabe que no va a poder salir fácilmente… un jugador novato se escondería bajo una mesa y un jugador experto se subiría sobre ella y gritaría “¡Morid!”. Claro que ambos jugadores les tienen cariño a sus personajes y no quieren que mueran pero… es más divertida la segunda opción.

Y ahora que ya sabéis cómo funcionan los juegos de rol… ¿os atreveríais?

4 comentarios:

  1. Creo que mis ojos lo decían todo....
    Me ATREVO

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  2. Jajaja! Te has sentido aludido. Sí, el brillo de vuestras miradas mientras Sonia y yo hablábamos de rol lo decían todo.

    En esta vida hay que atreverse ;-)

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  3. María de los Llanos3 de mayo de 2013, 9:04

    jjajajja Con problemitas pero ahora si!!!!! Me ha hecho mucha gracia porque justo estaba pensando en mi personaje. Sí, nos has dejado trastornados!!

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  4. Jajaja! Suele pasar. A los personajes se les suele coger cariño.

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